martes, 8 de mayo de 2007

Santo de mi devoción

Yo soy devota de San Rodrigo. Todas las mañanas prendo una veladora en sus mejillas dormidas, que son mi altar. Luego, salgo al mundo a vivir sola, sin él; y me esmero en sentirme orgullosa de mí misma, para honrarlo a él.

Regreso y entro a mi hogar a través del vano de sus brazos abiertos y extendidos. Dejo mi saco y mis zapatos justo fuera de la comisura de sus ojos sonrientes. Así llego a mi casa todos los días. Cuelgo milagritos en su manto, me desnudo y voy a la cama. Me despierto y me duermo una mujer bendita... y me sorprendo teniendo ganas irresistibles de rezar.

No hay comentarios: