sábado, 3 de mayo de 2008

carta animus

Cuando te veo y hago que no te veo, lo que quiero es tatuarte en mis pupilas para que lo que vea seas siempre tu y solo tu. Cuando te abrazo y no te abrazo fuerte, es que quiero abrazarte tanto que yo ya no sea yo, solo tu. Cuando tomas el cigarro con la mano izquierda para usar la derecha, quisiera que fueras mi amante, mi padre, mi esposo, mi hijo, mi hermano, mi verdugo, que me digas soy tuyo. Y cuando te veo de reojo, por casualidad, se pega mi retina a la tuya y despiertan los monstruos de mil cabezas y cien mil alas, sobre los que monto hacia el horizonte de tu mirada, agua, pan, mar. Sonrio y en realidad lloro, de verte callado, lejos, perdido, resignado, oculto, habitante de otras pupilas. Cuando te veo, mis ojos me recuerdan, te he amado.