martes, 8 de mayo de 2007

Roadkill

Pegado en las sábanas no hay manera de moverse, el lecho te arranca jirones de piel y los mete bien tendidos bajo del colchón. Una luz te abre los ojos sin escape, fuera de órbita. Inhalas un cuerpo azulado, pesado, chicloso. No estalla en los pulmones, no termina contigo. Te quiere ahí, quieto, atento, al filo. La mente encuentra ni refugio ni defensa, sopesa locura y verdad. Olvidaste cómo rezar.
Negar o dejarse ir. Correr o quedarse ahí.
Roadkill.

No hay comentarios: