Reclamo mónjico caduco

Que muera todo para que este cuerpo viva! Combustión espontánea sobre los hábitos y los hálitos, para que puedan articular palabra sobre este Fénix, jamás.
Se escucha un jadeo. Llanto, placer o canto. Exhausta, por la piel, renazco.

Destierro a los 60

Destierro mi juventud. El veredicto: rudeza innecesaria.
Exige triunfante su espacio, la materia. Tirana, exhibe irremediables años de carne premeditada. Reclama el derecho de cuna que absorbe todo a su paso.
Arrugas frente al espejo, protones que guiñen un órden cósmico a través de las transparentes pieles. Soyelquehesidoelquesoyelqueeselquehesido. Nada.
Tan dócil la materia como el vacío.

El día que me convertí en mujer

Mejillas húmedas de sudor y dos lágrimas. Bocanadas de aire que no dejan renunciar al aliento, a este cuerpo muerto durante 33 años. Lamento de pulmones de carne redonda y suave que respiran por primera vez. Rosado y magnífico se erige por entre la mucosa encostrada de putas y santas; nuevo, perfecto, sin nombrar. Animal que seduce sin ayuda, sin filtro; atemoriza al hombre, lo condena y lo salva.

Pastoso

En el momento del choque eléctrico, tu dedo meñique. Y el mío.
Es curioso el deseo cuando va de incógnito frente a la cotidianidad,
los sensibles han de girar la intuición hacia otro lado, bajo el peso del delirio.

La petite mort

Jacobina recalcitrante, control latente, la mente.
Y yo que solo quiero arrancarte la piel para meterme debajo.
Supura miel y con la diestra sostiene de la carne un gajo,
la muerte.

Germinación

Plantaste tu semilla en mi tierra.
Tierrra mojada, abierta, agrietada,
tierra de nadie,
zanja en la piel que se abre.
Hundiste la daga ciega.
Daga morada, larga, letarga,
palpitante.
Mi vida se sacia, se llena,
tiene hambre.

Indulgencia

En algún lugar detrás del ruido, estabas tu
en el fondo de mis ojos pardos, quedabas tu
herido, aullando, intenté deshacer mi ausencia
recrear los momentos en tu presencia
tu, tu, tu
no sé si aún te quiero detras de la traición
pero a ti dedico, mi primera canción.
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Tu olor ideal remueve el recuerdo, aroma mortal, decido vivir. Lo cierto es que hoy, logro escapar, dulcemente. Abro los dedos te escurres entre ellos, antes herida, hoy cicatriz.
Amé todo en ti pero hoy puedo verte, verdaderamente. Benditos los días que me diste cielo, todos los sitios en que me tocaste. Larga vida a ti y al hijo que pudo ser mío. Hoy logro sentir que al fin sin ti soy, evidentemente.

Sin tiempo

Podría haber sido cualquier hombre en cualquier otro lugar, pero él tomó mi boca sin preguntar, cualquier otro hombre en cualquier lugar, con alma para dar. Podría haber sido cualquier hombre en cualquier lugar, pero él hundió su cara en mi cuello, suspendido, quieto, por cien años, sin miedo, sin recuento de daños. Podría haber sido cualquier otro hombre en cualquier otro lugar. Pero es este hombre. Este lugar.

Círculo

Curioso que uno se instala en su soledad y ya casi no le duele mas que en momentos específicos como la hora de abrir los ojos sobre la almohada, las quesadillas frente a la tele, o los paseos por el parque. Curioso que es verdad que la propia felicidad es sola responsabilidad de uno mismo. Curioso sentirse completo cuando tanto falta, saberse tan viejo y tener apenas más de treinta.