viernes, 4 de julio de 2008

No existo

Me encanta sentirme así como ahora. Me encanta pensar en el amor absoluto, aunque nunca me toque vivirlo. Me encanta saber que entras en la habitación, sentirte junto, habitantes del mismo espacio y tiempo.

Al principio solo te vi mirándome. Desde entonces no he visto más tu rostro, tus ojos, el corazón de tus labios hinchados; tus piernas, tu risa, tu piel no las veo. Desde el principio solo ha sido esa masa rosa palpitante que tienes entre las costillas. La siento cuando respiro tendida sobre tu espalda, la veo cuando cierro los ojos. Habla perfecto español, el mío, el que me deja perplejas y atadas las ganas de vivir ahí, en tu pecho como en mi casa.

Me gusta imaginar que regresas de un largo viaje donde el grial eras tu. Guerrero dormido entre el pliegue de mi axila y mi pezón erguido. Me gusta pensar que estoy ahí para decirte quedo al oído:
siempre estuve.
Aunque no esté.