martes, 8 de mayo de 2007

El Río

No puedo, ni quiero evitar quererte.
Quererte desde donde estoy, como lo que soy. Sexuado, apasionado, partido, dado.
No puedo, ni quiero pensar que no pasa nada, aún cuando temo hacerte daño, hacerme daño.

No sé, ni me importa de dónde te conozco, de dónde y desde cuándo viene este anhelo.
Pronuncio tu nombre como invocación de algo que quise ser. Por lo menos una imagen tuya en cada orgasmo, fugaz y primordial a la vez.

Tu, la amante, el arquetipo, el amor expandido. Una migaja, un solo atisbo de amor aunque sea por un segundo, vale la pena cualquier dolor, vale el abandono, la pérdida anunciada. Un solo pie en el agua, promete una zambullida.

Mojarse y secarse y volverse a mojar. En el río infinito de ser uno con todo, si tan solo alguna vez.

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