Tengo entre las piernas una herida que no sangra,
cosquillea,
cierra en la noche con el sereno.
Cuarenta fantasmas susurran abretesésamos
y al alba se le desdoblan las joyas.
A medio día se lame el alma,
hinchada aguarda un ansia:
Alí Babá no quiso entrar.
martes, 8 de mayo de 2007
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