martes, 8 de mayo de 2007

Lava

Adentro parece un lugar tan lejano.
Casi existente sin tu ayuda, sin tu presencia.
Pero te palpita en las sienes y las venas se te hinchan de ese que no eres.

Te veo luego del tiempo, tronco seco.
Tus ojos casi ni me ven. Desterrado voluntario de mi cariño, resuenan huecos los teamos.

Sin embargo, apenas tiemblo y te me derramas, bendita celestina de malta. Supuras savia incandescente desde huecos primitivos. De a poco te va ardiendo la piel, de a poco me dejas verte verte desconcertado, sangre en las manos, culpable de hervir por dentro.

Antes que la lava endurezca, me ilumina rojo un destello. Lo atesoro dentro, bendigo tu Falla y mido mis palabras, con extremo cuidado, en la escala de Richter.

Madre Tierra a volcán.

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