En el momento del choque eléctrico, tu dedo meñique. Y el mío.
Es curioso el deseo cuando va de incógnito frente a la cotidianidad,
los sensibles han de girar la intuición hacia otro lado, bajo el peso del delirio.
sábado, 28 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario