jueves, 6 de septiembre de 2007

Conjuro

Renuncio a la sensación de tener algo pendiente, todos los días a todos horas, de que hay algo supuestamente urgente. Porque podría decidir no hacerlo, desemplearme, fugarme, dejarme caer en el valium de la mente. O podría dejarlo a mi suerte.
Respirar, comer, dormir sin que me molesten. Pagarle el mes al que me rente, acariciar mi oficio, dar tiempo a un amigo, procurar al amante. Saber preciso lo que enferma y curarse paciente. Esto es lo único que importa, lo que elijo que importe.
No tengo pendientes, decido que no tengo pendientes.
Vivo mi vida, sensible, grácilmente.

1 comentario:

alfonso ochoa dijo...

Usted está diciendo cosas. Qué gusto. Habla (escribe) pausadito, largo, y luego con golpecitos. Como si la oyeran (y sabe usted que en estas cosas pocos oyen). Tengo que decirlo, aunque no sea yo quien merezca hacerlo: me gusta. Me gusta que lo que leo es igual a lo que oigo de usted. No por casualidad dejo este comentario en "Conjuro". Me quedo también con "De nueve a seis", que me adivina.

Anque son las 2:22 de la mañana. Es tarde para leerla. Es temprano. Me gusta el miércoles, porque acaba en jueves. También me quedo con "Cimientos para Haiku", cuya linda osadía se agradece ¿Se vale leerlo todo de nuevo?